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LA IMAGEN PERTURBADORA

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JUEGO REALIZADO POR INTEGRANTES DEL TALLER SURREALISTA DE ESCRITORES CREATIVOS 2021/22

Este juego gira en torno al automatismo, a la imaginación creadora y a desencadenamiento de ráfagas inconscientes, se inspira en “La imagen objetiva y la mirada” del Grupo Surrealista de Estocolmo ( 1989)

1.      Decir lo primero que se nos viene a la cabeza.

2.      En escritura semi-automática escribir un texto breve que haga referencia a esa imagen.

3.      Ficcionalización de un texto en grupo. (Se tomará uno de los textos que surjan y se hará un texto colectivo

  1. GUSTAVO OXEHUFWUD

1-      El Papa dando una misa a creyentes con covid.

2- Estás a punto de ser vos. De volver por la que eras. Aquella versión que a la vera del camino dejaste a durar. Te vas sacando la artificiosa piel que te ha embolsado.

No puedes dejar de presentirlo, romper por segunda vez bolsa y desumbilicarte. Estás abandonando formas amplificadamente y el mundo en tus ojos vuelve a estrenarse.

 

  1. ADRIANA POZNER

Gorro de navidad

Hoy se me ocurrió pintar este gorro.

Me faltó el rojo y el verde, por eso me quedó blanco.

Vinieron a proponerme realizar una pintura navideña.

Me apareció un gorro de Papá Noel.

Pero, horror, no me quedan los colores.

Salí corriendo a buscarlos,

Pero vino el duende y se llevó el retrato.

Llevo mi pincel y los colores para buscar donde se escondió el cuadro.

Tiene que ser antes del 24 de diciembre.

¿Llegaré?

 

 

 

  1. ALVARO BONANATA

 

1.      Decir lo primero que se nos viene a la cabeza.

Urbi et Orbi.

 

2.      En escritura semi-automática escribir un texto breve que haga referencia a esa imagen.

Otra vez humo negro. Dieciocho veces el cónclave no se puso de acuerdo para elegir papa. Es insoportable. Es como una definición por penales. Me provoca acidez. Voy a tener que hacer algo. Los voy a obligar a elegir. Me visto de blanco con una sotana blanca. Me cuelgo un crucifijo. Ahora parezco un papa. Humo negro. ¡Por Dios! El almanaque me avisa, con letras rojas: ¡hoy es 29! Me pongo una bolsa de harina en la cabeza, me disfrazo de ñoqui. ¡Ahora sí! HUMO BLANCO.

 

 

  1. DIEGO V. SANTURIÓN

 

1. Los perros son alimentados una vez por semana.

2. El medallón mutó su grabado ante los ojos de todos. Un pentáculo comenzó a arder y a hundirse en el pecho blanco de la sotana. Los botones derretidos se mezclaron con la carne chamuscada y el olor llegó rápido a las primeras filas.

A miles de kilómetros de allí, en medio de un bosque de abedules, una niña rocía con querosene la cabaña en la que su padre duerme, y temblorosa, implora a Dios que el hombre no despierte hasta que ella pueda encender las cerillas y correr. Miles de hectáreas desaparecerán en pocos días. Una columna densa de humo plomizo se alcanzará a ver desde el otro lado de la costa.

Ambos hombres morirán a causa del fuego, aunque en circunstancias muy distintas. No será este su último sufrimiento, pero ellos aún no lo saben. Sus almas volverán a la casa materna en la que se criaron. Allí vive Julia, una mujer desesperada por el amor de un idiota; capaz de gastar un sueldo que no tiene en pagarle a una charlatana por un ritual de amarre.

El final es el mismo de siempre. Las almas de los muertos deambularán en la casa, atraídos por una invocación equívoca.

Afuera, los pájaros ciegos cantarán sus augurios; mientras tanto, un mendigo blasfema y orina el mármol frío de una tumba. Maldito sea Dios y sus estúpidos hijos.

 

 

  1. MÓNICA MARCHESKY

 

  1. “Los amantes” de Magritte.

  2. Uno de ellos no encontraba al otro, lo dejó por un reemplazo, por un pase hacia la libertad, vendió todos sus objetos y se fue a vivir al hospicio.

—¡No puedo vivir sin vos! —le gritó a través de océano.

Pero las nubes algodonosas en forma de paloma no entendieron el mensaje y el amante ahora sale a las calles a hablar por micrófono, gritando su nombre, armando pelotones de fusilamiento para todas las mujeres que se parezcan a ella.

TEXTO COLECTIVO QUE SURGIÓ DEL EJERCICIO II “LA IMAGEN PERTURBADORA”

Mónica Marchesky

Diego V. Santurión

Alvaro Bonanata

Gustavo Oxehufwud

Ximena R. Molinari

Adriana Pozner

 

 

Uno de ellos no encontraba al otro, lo dejó por un reemplazo, por un pase hacia la libertad, vendió todos sus objetos y se fue a vivir al hospicio.

            —¡No puedo vivir sin vos! —le gritó a través de océano.

Pero las nubes algodonosas en forma de paloma no entendieron el mensaje y el amante ahora sale a las calles a hablar por micrófono, gritando su nombre, armando pelotones de fusilamiento para todas las mujeres que se parezcan a ella.

Se conocieron en los primeros años de la universidad. Ella quedó encantada con sus discursos grandilocuentes, y sus gestos de superioridad.

Hablaban del amor con desprecio, burlándose de los que se ataban al ánimo de otro. Sin embargo, él empezó a sentir la necesidad de tenerla siempre a su lado, de no dejarla sola.

Al principio ella se lo tomó con humor. Hasta le gustó aquella atención desmedida que él le proporcionaba.

            —Estás cada día más puta. —le dijo una tarde al verla sonreír a un compañero a la salida de una asamblea.

            —Y vos estás cada día más loco. —le devolvió ella, tomándolo de la mano y arrastrándolo a su lado.

 

Se miraron a los ojos y se fueron corriendo al parque a tirarle calefones a las palomas. Y cruzaron a la playa a escribir epitafios en la arena, a recitar anagramas de todo lo que veían. Cada uno se arrancó un ojo de la cuenca y, como prueba de amor eterno, se lo colocó al otro:

            —Con este ojo yo te desposo...

            —¿Por qué llorás?

            —Es solo sangre, ya se va a coagular.

            —¡Ojalá no te mueras!... Todavía...

Las gaviotas se derritieron en el cielo y los bañaron de plumas, sangre y serpentinas. Y el suelo se abrió a sus pies.

 

Literalmente, no paraba de temblar, ¿cómo no se dio cuenta antes que era un sueño?

Mario era homosexual, y estaba casado con Juan hacía cinco años, y despertaba de la peor forma, con un terremoto de 8.0. Aún estaba oscuro, el ruido a alarmas era insoportable, los gritos llegaban de todas partes, y él no podía salir de la cama que era un toro mecánico. Juan ya se había ido a trabajar, por eso no acudía a sus gritos. Salió casi desnudo, con sus dos pequeños perros uno en cada brazo, y bajó las escaleras desde el segundo piso a la calle como no sabía que podía correr.

 

¿Era posible un sueño dentro de otro? Se preguntó Mario. Primero la mutilación de la vista y ahora todo su mundo tambaleaba, ¿qué más iba a pasar hoy? Así y todo, parecía que, en ninguno de ambos sueños, así como en la vida real, iba a tener una historia de amor con un final feliz. Se incorporó para levantarse de la cama, pero le fue imposible, estaba atado de pies y manos en una horrible cama de hierro oxidado. Una pareja de enajenados lo había estado torturando por quién sabe cuánto, no eran sueños, ni desvaríos, sino períodos de alivio con esa capacidad de desdoblarse que nos proporciona un terrible dolor. No tuvo una historia de amor feliz, pero parece al menos por una vez en su vida sería noticia para alguien.

 

Los diarios publicaron la desaparición de Mario. Nadie lo había visto por varios días.

Perdió su empleo. El seguía enrollado, amarrado a esa cama. El tiempo pasó. La vida transcurrió. Y Mario siguió viviendo su infierno....

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